Bueno, pues después de subir el prólogo, ahora subo el primer capi
Es malo, de todas formas xD Espero que guste, aún así ^-^
CAP.1: Los nuevos lugares
Tampoco tenía muchas ganas, pero ya teníamos todo lo preparado para irnos a Granollers. Estaba acostumbrado a levantarme sobre las doce o doce y media, pero aquel día madrugamos e intentamos llegar lo más temprano posible. Por una parte me sentía bien: conocería a Merche, que vive por allí. No sé si soportaría ciento cincuenta quilómetros hasta allí. Sin embargo pasaron rápido. Normalmente escucho el mp3 en el coche, y el tiempo me pasa volando.
Llegué allí y mis padres sacaron todo lo que había en el coche (maletas, etc.). Donde vivía antes, en Bellcaire, vivía en una casa. ¡Suerte la mía que vivo en otra casa ahora!
Estaba lejos de la casa dónde estaba Merche. Aunque no supondría problema ir a verla de vez en cuando. Mi madre me llamó.
-Date una vuelta y podrás ver a tu amiga –me dijo-. Nosotros nos encargamos.
Pese a que no le había dado una respuesta –y sobretodo que quería ayudar-, asentí y llamé a Merche al móvil. No estaba, y pensé en dejarle un mensaje, pero bastaba con la perdida que le hice para que me llamase. Posiblemente estaba haciendo otras cosas en otra habitación o no lo habrá escuchado cuando llamaba pero sí cuando estaba a punto de colgar. Porque al instante me llamó. Vaya.
Al instante se disculpó por no coger el teléfono a tiempo; dijo que estaba en el baño.
-No importa –respondí; no era una videollamada y no me podía ver, pero sonreí.
Le dije que quería saber en que portal y en que piso vivía; que me había ido a Granollers –mis padres me convencieron de vivir aquí pero si me viene la paranoia a lo mejor me niego y digo de quedarme solo de vacaciones-. Se sorprendió; no sabía nada. Se lo hubiera dicho el día anterior, pero estaba con los deberes –qué caray, ¡sí habían muchos!- y no me dio tiempo de “sentarme”.
Yo pensé que Merche estaba lejos de dónde ahora estaba, porque ella vive en un piso, y creía que al estar en una urbanización, estaría lejos de la ciudad; veía que no. Solo tenía que pasar por cuatro manzanas –o así- y la podría llamar al interfono para quedar con ella.
-Daxin –sentí una voz a lo lejos y di la vuelta: era mi madre-. ¿No quieres entrar? Hemos puesto algunas cosas en casa, pero nos faltan unas cuántas.
¡Qué rápido!
-Tranquila –le respondí-. Daré una vuelta, a ver si puedo encontrar a mi amiga y volveré. No tardaré mucho.
Y seguí mi camino.
-¡Estoy aquí! –gritó una chica.
Me acerqué a ella y pude reconocer a Merche. No muy lejos (pero tampoco muy cerca) de ella, alcé la mano saludándola y aunque ella no me oía, le dije “Hola”. Cuando me acerqué a ella a hablar, nos dimos el típico beso –dos- en la mejilla que se dan los amigos, familiares, etc. cuando se encuentran en la calle por casualidad (claro que, en este caso, no era casualidad, sino voluntad propia).
-¿Qué tal? –me preguntó Merche educadamente.
Encogí los hombros e hice un gesto como diciendo un “muy bien, gracias” (lo sé, casi nunca hablo) y después le pregunté yo a ella “¿y tú?”.
-Igual que ayer y mejor que mañana –se rió.
Es curioso: parece la misma en persona que por el ordenador cuando chateamos. Merche estaba castigada sin salir a la calle, pero le dejan que un/a amigo/a entre a su casa para hablar o cosas por el estilo. Un piso, sí, pero muy bonito.
-No me dijiste nada de que vendrías a Granollers –discrepó en tono déspota.
-No pude –me disculpé-. Muchos deberes, ya entiendes. Quizá tú no tendrás tantos a pesar de que vamos al mismo curso –opiné-… pero yo sí.
Me revolvió el pelo con cuidado amistosamente y me dijo que no me agobiase tanto. ¡Con esos deberes no hay quien se calme!, pensé. Me preguntó si estaba de vacaciones o vine a vivir aquí. Bajé la cabeza seriosamente, y aunque no respondiera, no dijo nada más.
-¿Porqué estás castigada? –le pregunté.
Adivinó lo que quería decirle.
-Bah, podemos divertirnos aquí en casa; si necesitas aire, pongo el acondicionador –se rió (como ríe la chica).
A mí se me escapan risas flojas como la que se me escapó, pero otra cosa es que Merche ría de una forma que con su risa te rías tú también. Es maja, pensé, sonriendo.
No tenía reloj e intenté buscar uno y miré el del salón de estar. Madrugué para venir pero… ¿Merche está despierta a estas horas también?, me dije.
-¿Daxin? –me llamó, haciéndome volver a la realidad.
-Oh, nada, es que no tengo reloj y necesitaba saber la hora. Le dije a mi madre que iba a dar una vuelta pero que enseguida y volvía y si no voy enseguida… Pero veo que tengo tiempo. Aunque poco.
-Ah –comprendió.
-¿Qué hacemos?
Pensó en milésimas de segundo y se le ocurrió algo.
-Sé que te aburre si lo haces por que tú mismo quieres pero, ¿leemos?
Me quedé perplejo y al ver mi cara de expresión supo que insinuaba.
-Sí, es que hace poco me aficioné a la lectura.
-¿De qué tipo? –quise saber con curiosidad.
-Bueno, una amiga mía me recomienda unos cuántos y me entró ganas de leer uno de los que me dijo.
Levanté un ceño como preguntando “¿cuál?”. No hablo mucho, como dije, pero con mi cara uno se entiende.
-Uno de los que me entró ganas de leer fue “Memorias de Idhún”. Son tochos, pero voy leyendo poco a poco.
-¿Cuántas páginas? –pregunté; lo sé, siento mucha curiosidad según que temas.
-Bueno, consta de una trilogía; yo voy por el primero que tiene quinientas y algo. Y el primero se titula “Memorias de Idhún I: La Resistencia”. Según la marcha quizá me leo el segundo.
Grité un “hala” de sorpresa por las páginas que contenía el primero. Si el primero era quinientas, no quería saber el segundo ni el tercero. Si me mandan libros para leer de deberes, me leo tochos, pero no llego a quinientos. Mi récord fue trescientos cincuenta.
-Merche –gritó una voz desde la cocina-. ¿Has desayunado?
-No, mamá –le respondió-. Aún no tengo hambre, pero ahora iré, ¿sí?
Su madre -era su madre- dirigió su mirada a mí.
-No me has dicho que tienes un amigo en casa –dijo.
Solté una risita, pero no dije nada.
-Bueno, acaba de venir de Bellcaire, un pueblo de Lérida –le informó-. Ha venido a verme, pero ya se iba.
-No, no, si se puede quedar.
-Me gustaría pero también tengo que irme –corté yo, alzando un poco solo la cabeza.
-Oh. Bueno, de todas formas, puedes venir siempre que quieras…eh… -se calló.
-Daxin –le ayudé.
-Daxin. Bueno, puedes venir cuando quieras –me repitió.
Entonces me despedí de Merche y de su madre, pero Merche dijo a su madre de acompañarme y ella asintió, encantada. Entonces me fui acompañado de Merche a casa a ver qué tal estaban mamá y papá.
-¿Dónde vives? –me preguntó por el camino.
-Tú eres curiosa en tó’, ¿eh? –dije en broma, dándole un empujoncito con un “ya te vale”.
Llegamos frente a la puerta pero antes quise decirle unas cuantas cosas.
-No tendrías que haberme acompañado. Ahora te queda mucho para volver –me preocupé.
-Bah, estoy acostumbrada –dijo, moviendo la mano arriba y abajo.
Le sonreí. Antes de entrar me preguntó si tenía el ordenador puesto en casa o algo. Claro, como quiere hablar conmigo, pensé. Negué pero la calmé respondiendo que en cuanto instale todo hablaría con ella.
Entonces cuando ella estaba un poco lejos se giró un momento, la miré y los dos alzamos la mano a la vez como señal de que pronto hablaríamos. O tal vez de despedida, dicho de otra forma.
A lo lejos (ya estaba cerca de mi casa), se veían cajas a la entrada; se veía a un hombre –mi padre- llevando cajas que estaban en el coche dentro y sacando cajas que ya estaban en casa que no usaríamos.
-Daxin –me llamó al verme-. Ya que estás aquí, ayúdame, ¿quieres?
Asentí sin remedio alguno y ayudé. Solo llevé una o un par de cajas, porque nada más entrar no volví a salir; me quedé mirando la casa por dentro.
Una vez dentro, me encontré con el pasillo, y a un lado de éste había un umbral hacia la cocina y al otro lado, un umbral hacia el salón. Me la esperaba tan espaciosa la casa, como mi antiguo hogar. Pero ya era aceptable. Empecé a mirar la cocina, que estaba bastante bien: el suelo era gres (color granate), la pared alicatado (color amarillo)… Estaba el microondas, la nevera, etc. Y una puerta que conducía al lavadero. Vi a mi madre haciendo el almuerzo -¿ya? ¡Qué rápido pasa el tiempo!-.
Le dije un “hola” cansado y ella me respondió de la misma manera. Me preguntó por Merche, y que tal lo había pasado con ella.
-Bien –le respondí de mala gana (no sé por qué). Quizás era que no me llevaba tan bien con mi madre.
Siguió ella con el almuerzo y yo seguí viendo la casa.
Seguí en el salón: el suelo de parquet, la pared estocado (color blanco)… Y todo en su sitio: la televisión, una lámpara, una mesa, el sofá, etc. Se parece bastante a la casa que tenía antes.
De repente oí el teléfono. Estaba encima de una mesa pequeña, entre el sofá y la lámpara. Descolgué y lo que se suele preguntar: “¿Diga?”
-¡Hola! –respondió; reconocí la voz.
-Hola, Merche.
-Te dejaste la chaqueta en casa –dijo (¿llevaba chaqueta?, me dije)
-Ah, tranquila. Dentro de nada iré a comer, luego si tengo tiempo paso a recogerla, ¿sí? Ya hablaremos en el ordenador, si eso.
-Tómate tu tiempo –me tranquilizó.
Nos despedimos y colgamos.
Decidir ir después a echar un vistazo al baño, las habitaciones (todas) y lo que quedase (el garaje, por ejemplo, si hay). Fui a hablar con mi madre.
-Mamá –la llamé.
No me respondió, pero giró la cabeza hacia mí (entonces ya me había oído).
-¿Venimos de vacaciones o nos quedamos a vivir? –pregunté por fin, inquieto.
-¿Porqué te empeñas en quedarte de vacaciones solo? ¿No quieres estar con tu amiga?
-¡Claro! –respondí muy seguro-. Pero, no sé, creo que… Estábamos mejor en Bellcaire.
Nos callamos.
-Ya veremos –dijo mientras seguía con lo suyo.
Suspiré muy fuerte y me marché a la habitación un rato antes de comer, y así hablar con Merche.
Ya estaban colocados la cama y el ordenador, aún habiendo cosas por guardar, bueno. Encendí el ordenador, esperé a que funcionase del todo como para usarlo y chateé con Merche.
La saludé y no me contestó. Creo que estaba en “Ausente”; pero cuando cambió a “Conectado” pudo saludarme. Y me explicó que estaba comiendo, aunque dejó el ordenador y chateo encendidos.
Estuvimos hablando media hora sobre muchos temas, y también jugábamos al o2mania, un juego de PC (PC: Personal Computer, “Computadora Personal”) para tocar música.
Mi padre me llamó en muy poco rato para comer. Me despedí de Merche y de más gente con quien hablaba y dejé el ordenador encendido para ponerme después.
Comí muy bien esa hora. Hubo un momento que trajeron el correo mientras comíamos y leímos las cartas (de todo tipo); pero no las leí todas del hambre que tenía.
Mamá se olvidó de traer la jarra de agua y fui yo a buscarla. Recién llegado a la nueva casa y mirar la cocina, me fijé que estaba llena de polvo. Ahora que fui a la nevera a por el agua, se notaba que mi madre hizo la limpieza.
¿Qué hora era? Las doce y media, según mi reloj y el de casa. Cuando terminamos todos, recogimos la mesa, nos lavamos los dientes y yo volví al chateo con Merche.
Ahora estuvimos hablando de una sola cosa.
Daxin:
¿Ke videojuegos t gstan?, le pregunté (por chateo hablábamos como por SMS)
Merche:
Depende d la knsola xdd
Daxin:
Jejej
Daxin:
De la ps2 kuales?
Merche:
Bff nosee XD
Daxin:
Yo sk tngo la psp, ps2, etc. Uno de los k m gstan d la ps2 es “Kingdom Hearts”, le informé
Merche:
Huuumm me suenaa x3
Merche:
Tngo una amiga k le enknta ese juego, t paso su correo?
Le respondí un vale, me pasó su correo y la agregué a uno de mis contactos. No hablamos ese día, por lo que no la vi conectada.
Le pregunté si la dirección que me ha dado era correcta. Me dijo que no lo sabía, pero que si sale siempre “No conectado”, entonces le pasaría a su amiga mi correo.
-Daxin –me llamó mi madre-. Baja un momento.
Viendo la hora que era, sabía que quería hablar. Apagué el ordenador después de despedirme hasta más tarde de Merche.
~~
Bueno, ¿qué os parece? Malo, ¿no? u.u xDDD
Estoy ahora con el capi dos; si me da la venada, lo pongo.
Saludos!
P.D: Para los que no són catalanes...
Granollers es un pueblo que está cerca de Martorell (para situaros), y Bellcaire es un pueblo de Lérida (Lleida) =P
Jue Feb 26, 2009 10:36 pm
Pero desde ahora distinto ^-^ Hago primero la historia y luego los títulos. Por supuesto, los capítulos tampoco tienen nombre *daxx*
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